lunes, 18 de enero de 2021

Filomena deja una nevada histórica en Madrid para empezar 2021

Temporal Filomena en la Comunidad de Madrid

Cuando ruge la naturaleza.

 El temporal de nieve Filomena ha dejado una nevada histórica en Madrid. La fuerza de la naturaleza, con su furia y su belleza, ha dejado imágenes inéditas en los paisajes de la meseta castellana. Durante unas 30 horas estuvo nevando de forma continua rebasando todas las expectativas sobre las previsiones que se habían realizado para afrontar sus efectos.

 En la noche del sábado 9 de enero reinaba el silencio en las calles, tan solo interrumpido por los crujidos de las ramas de árboles que se resquebrajaban al ceder ante el peso de la nieve acumulada en sus copas. La naturaleza resulta tan bella y espectacular como destructiva. Siempre nos da una de cal y otra de arena.

 Una semana después, muchas zonas de la comunidad de Madrid y de la ciudad siguen colapsadas por las enormes placas de hielo que cubren todavía muchas de sus calles. Es cierto que en otros sitios del mundo hay nevadas más copiosas y no provocan tanto caos, pero se trata de lugares acostumbrados a convivir con estos fenómenos naturales de forma habitual y por lo tanto disponen de los medios necesarios para que el ritmo de vida no se vea demasiado afectado. Sin embargo, cuando un lugar no está adaptado a este fenómeno, las consecuencias son desastrosas.

Tras el también histórico confinamiento mundial por la pandemia del COVID-19 en el segundo trimestre del pasado 2020, muchos analizaron el beneficio que ese parón de actividad había traído para el medioambiente por la drástica disminución de la emisión de gases a la atmósfera. De hecho, aún a día de hoy la actividad de transportes no ha vuelto a ser lo que era antes del confinamiento. Testigo de ello es el sector turístico, por ejemplo, que ha visto mermados sus ingresos el pasado verano considerablemente. La movilidad sigue estando restringida a nivel global, tanto el tráfico aéreo como el de carretera. Ahora hay más gente teletrabajando, se hacen menos viajes al extranjero, e incluso dentro de España, con los confinamientos perimetrales de las comunidades, también se producen menos desplazamientos.

La cuestión es que si la emisión de gases de los transportes es un factor crucial en el calentamiento de la atmósfera, haciendo que los inviernos cada vez sean más cálidos, supongo que la disminución tan drástica de estas emisiones algo habrá tenido que ver en que este invierno sea más frío de lo normal. Lo digo simplemente por sentido común, pero si algún meteorólogo está leyendo este texto y puede dejar algún dato científico sobre esto en los comentarios, sería muy de agradecer.

En fin, la naturaleza siempre nos sorprende y nos hace una llamada a la humildad, a contemplar las cosas con tranquilidad, con equilibrio. La nevada de Filomena está muy bien, deja estampas de gran belleza e imágenes históricas, pero no es para tener un subidón de adrenalina o para un disfrute frívolo sin complicaciones, sino que es para disfrutar con la conciencia de los daños personales y materiales que a mucha gente le ha ocasionado. Es para disfrutar con la conciencia del alto precio que pagamos por contemplar tan magno espectáculo.