En todo este tema del cambio climático se habla mucho de las emisiones de carbono que lanzamos a la atmósfera, pero ¿qué ocurre con las emisiones que estamos impidiendo que se produzcan?
Como ya expuse en un post anterior, el suelo respira. Existe un intercambio gaseoso entre suelo y atmósfera. La acción del hombre no solo produce cosas que emiten gases, sino que también está cortando las emisiones que de forma natural el suelo lanza a la atmósfera al cubrir millones de hectáreas de terreno en todo el planeta con asfalto y hormigón. Lo que veo es que los medios de comunicación nos bombardean con el tema de las emisiones de carbono que emitimos con los medios de transporte, las fábricas, el gasto energético de luz, calefacción, etcétera, pero no he visto que se tenga en cuenta el intercambio gaseoso entre suelo y atmósfera como un factor más a tener en cuenta para ayudar a estabilizar la atmósfera y considero que sería interesante hacerlo.
¿Qué opinan de esto? ¿Alguien sabe si existe ya algo sobre esto que no salga en los medios de comunicación masivos?
domingo, 26 de enero de 2020
domingo, 12 de enero de 2020
En el cambio climático, una reflexión sobre la sostenibilidad.
Se celebró recientemente la COP25 en Madrid sin llegar a acuerdos de calado entre los dirigentes de los países. En todo este tema del cambio climático se habla mucho sobre la sostenibilidad, pero los mensajes que nos llegan sobre qué hacer para ser más ecológicos y sostenibles no me parece que encajen de todo con el concepto. Y yo me pregunto, ¿interesa de verdad la sostenibilidad o lo emplean como eslogan para vendernos lo que les interesa?
La Tierra tiene más de 4.500 millones de años y el ser humano lleva en ella unos 2,5 millones de años. Somos unos recién llegados, como quien dice, y nos creemos tan poderosos como para «cargarnos el planeta». El clima en la Tierra siempre ha cambiado y ha sido poblada por distintas especies que se han extinguido y dado paso a otras nuevas. Glaciaciones, cataclismos, volcanes, nada nuevo bajo el sol.
Sí es cierto que el ser humano se ha comportado de una forma bastante irresponsable, especialmente en estos tiempos en que la tecnología nos permite hacer casi cualquier cosa y muy poca gente se para a pensar si debe hacer algo o no, en vez de simplemente hacerlo porque puede. La sobre explotación de recursos y el consumismo desaforado y sin medida están a la orden del día.
Si vivimos en un vergel y por la sobre explotación de los recursos lo convertimos en un desierto, a eso lo llaman «cargarse el planeta», pero el planeta sigue ahí, los que no podemos seguir ahí somos nosotros. Agotando los recursos nos cargamos nuestra propia subsistencia, no al terreno en sí. Lo transformamos y será habitable para otras formas de vida, no para nosotros. La Tierra, árida o verde, seguirá existiendo. Quienes no seguiremos existiendo seremos nosotros mismos.
Por ejemplo, la presión que hay para convertir todos los vehículos de combustibles fósiles en eléctricos. Es cierto que la población ha aumentado mucho y también el número de vehículos y que los recursos del petróleo se están extinguiendo. Hace falta una nueva fuente de recursos, que parece ser que es el litio, como componente principal de las baterías eléctricas. Ahora mismo estamos en una etapa de transición y por tanto hay menos explotación de un solo recurso, ya que se reparten el pastel entre varias fuentes de recursos. Pero claro, a lo que nos abogan las esferas de poder es a que todo sea eléctrico, a la descarbonización de Europa dentro de unos años y todo eso. La cuestión es que si hasta ahora por explotar solo los combustibles fósiles, los estamos extinguiendo y contaminando la atmósfera, si le damos la vuelta a la tortilla, es decir, cambiamos todo el parque móvil mundial a eléctrico, ¿no estaremos sobre explotando de la misma forma los yacimientos de litio y otros componentes que precisen las baterías? Y además, ¿estaríamos preparados para reciclar de forma responsable la cantidad de baterías que se generarían? Hay que tener en cuenta que los componentes de una batería son altamente contaminantes y si no se tratan adecuadamente, el impacto medioambiental puede ser enorme.
Si repartimos la producción de vehículos en varias fuentes energéticas, podemos explotarlas de forma moderada, pero si centramos toda la producción en una sola fuente, esta estará sobreexplotada. ¿Qué opinan ustedes?
La Tierra tiene más de 4.500 millones de años y el ser humano lleva en ella unos 2,5 millones de años. Somos unos recién llegados, como quien dice, y nos creemos tan poderosos como para «cargarnos el planeta». El clima en la Tierra siempre ha cambiado y ha sido poblada por distintas especies que se han extinguido y dado paso a otras nuevas. Glaciaciones, cataclismos, volcanes, nada nuevo bajo el sol.
Sí es cierto que el ser humano se ha comportado de una forma bastante irresponsable, especialmente en estos tiempos en que la tecnología nos permite hacer casi cualquier cosa y muy poca gente se para a pensar si debe hacer algo o no, en vez de simplemente hacerlo porque puede. La sobre explotación de recursos y el consumismo desaforado y sin medida están a la orden del día.
Si vivimos en un vergel y por la sobre explotación de los recursos lo convertimos en un desierto, a eso lo llaman «cargarse el planeta», pero el planeta sigue ahí, los que no podemos seguir ahí somos nosotros. Agotando los recursos nos cargamos nuestra propia subsistencia, no al terreno en sí. Lo transformamos y será habitable para otras formas de vida, no para nosotros. La Tierra, árida o verde, seguirá existiendo. Quienes no seguiremos existiendo seremos nosotros mismos.
Por ejemplo, la presión que hay para convertir todos los vehículos de combustibles fósiles en eléctricos. Es cierto que la población ha aumentado mucho y también el número de vehículos y que los recursos del petróleo se están extinguiendo. Hace falta una nueva fuente de recursos, que parece ser que es el litio, como componente principal de las baterías eléctricas. Ahora mismo estamos en una etapa de transición y por tanto hay menos explotación de un solo recurso, ya que se reparten el pastel entre varias fuentes de recursos. Pero claro, a lo que nos abogan las esferas de poder es a que todo sea eléctrico, a la descarbonización de Europa dentro de unos años y todo eso. La cuestión es que si hasta ahora por explotar solo los combustibles fósiles, los estamos extinguiendo y contaminando la atmósfera, si le damos la vuelta a la tortilla, es decir, cambiamos todo el parque móvil mundial a eléctrico, ¿no estaremos sobre explotando de la misma forma los yacimientos de litio y otros componentes que precisen las baterías? Y además, ¿estaríamos preparados para reciclar de forma responsable la cantidad de baterías que se generarían? Hay que tener en cuenta que los componentes de una batería son altamente contaminantes y si no se tratan adecuadamente, el impacto medioambiental puede ser enorme.
Si repartimos la producción de vehículos en varias fuentes energéticas, podemos explotarlas de forma moderada, pero si centramos toda la producción en una sola fuente, esta estará sobreexplotada. ¿Qué opinan ustedes?
domingo, 22 de diciembre de 2019
sábado, 5 de octubre de 2019
Retomando la actividad
Tras varios años de falta de actualizaciones en este blog, es hora de retomar la actividad con algunas innovaciones al planteamiento inicial del mismo. Nació centrado en la divulgación de la edafología, pero a partir de ahora se ampliará a hablar de medioambiente en general.
Hoy en día la preocupación por la conservación del planeta se ha extendido, no sin razón, pero hay mucha confusión al respecto, ya que también se entremezclan muchos intereses económicos y políticos. En este rincón de la red me gustaría poder reflexionar sobre todos estos temas de un modo totalmente independiente de las corrientes que se generan por intereses ocultos.
Hoy en día la preocupación por la conservación del planeta se ha extendido, no sin razón, pero hay mucha confusión al respecto, ya que también se entremezclan muchos intereses económicos y políticos. En este rincón de la red me gustaría poder reflexionar sobre todos estos temas de un modo totalmente independiente de las corrientes que se generan por intereses ocultos.
jueves, 31 de mayo de 2012
Suelo para la agricultura
Tal como veíamos en el vídeo mostrado en el post anterior el personaje del edafólogo presentaba un informe sobre la disponibilidad de una serie de parcelas para destinarlas al cultivo. ¿Cómo se conjuga exactamente el estudio del suelo con el uso agrícola del mismo?
No todos los suelos son apropiados para cualquier tipo de cosecha. Existen propiedades físicas y químicas del terreno que se deben analizar para saber lo que podemos plantar o lo que debemos hacer para adaptar las condiciones de la tierra a las necesidades de lo que vayamos a sembrar.
Por ejemplo, en un suelo ácido se dan mejor unas plantas y en uno básico otras diferentes. La acidez del suelo se determina midiendo el pH del mismo. Con un valor de pH por debajo de 7 los suelos son ácidos y por encima de 7 son básicos. Cuando la acidez del suelo no se adecua a las necesidades del agricultor se puede acondicionar con enmiendas químicas. Por ejemplo si un suelo es demasiado ácido se puede subir su pH con un tratamiento de carbonato cálcico.
Otro parámetro importante es el de los nutrientes. Cada especie vegetal tiene una demanda nutricional diferente. Con un análisis químico podemos comprobar si el terreno es deficitario en algún nutriente esencial para lo que vamos a plantar y así utilizar el fertilizante adecuado. Además también es necesario estimar en qué cantidad se debe usar dicho fertilizante, ya que el exceso del mismo puede llevar a una contaminación del suelo que lo haga inservible para el cultivo y lo que es peor, puede incluso contaminar los acuíferos.
Unos de los tipos de fertilizante más utilizados son los nitrogenados. Empleados en la cantidad apropiada son muy eficaces, pero el abuso de estos fertilizantes ha sido causa, en distintos lugares y épocas, de mortandad infantil, los llamados "niños azules". Se denominan así porque presentan un color de piel azulado o amoratado, y su muerte se debe a la ingestión de agua contaminada con nitratos. Tras un uso abusivo de fertilizantes nitrogenados en el campo, el exceso de nitratos que no absorbe la planta se filtra y llega a los acuíferos.
En el próximo post veremos cómo actúan los nitratos en el suelo.
No todos los suelos son apropiados para cualquier tipo de cosecha. Existen propiedades físicas y químicas del terreno que se deben analizar para saber lo que podemos plantar o lo que debemos hacer para adaptar las condiciones de la tierra a las necesidades de lo que vayamos a sembrar.
Por ejemplo, en un suelo ácido se dan mejor unas plantas y en uno básico otras diferentes. La acidez del suelo se determina midiendo el pH del mismo. Con un valor de pH por debajo de 7 los suelos son ácidos y por encima de 7 son básicos. Cuando la acidez del suelo no se adecua a las necesidades del agricultor se puede acondicionar con enmiendas químicas. Por ejemplo si un suelo es demasiado ácido se puede subir su pH con un tratamiento de carbonato cálcico.
Otro parámetro importante es el de los nutrientes. Cada especie vegetal tiene una demanda nutricional diferente. Con un análisis químico podemos comprobar si el terreno es deficitario en algún nutriente esencial para lo que vamos a plantar y así utilizar el fertilizante adecuado. Además también es necesario estimar en qué cantidad se debe usar dicho fertilizante, ya que el exceso del mismo puede llevar a una contaminación del suelo que lo haga inservible para el cultivo y lo que es peor, puede incluso contaminar los acuíferos.
Unos de los tipos de fertilizante más utilizados son los nitrogenados. Empleados en la cantidad apropiada son muy eficaces, pero el abuso de estos fertilizantes ha sido causa, en distintos lugares y épocas, de mortandad infantil, los llamados "niños azules". Se denominan así porque presentan un color de piel azulado o amoratado, y su muerte se debe a la ingestión de agua contaminada con nitratos. Tras un uso abusivo de fertilizantes nitrogenados en el campo, el exceso de nitratos que no absorbe la planta se filtra y llega a los acuíferos.
En el próximo post veremos cómo actúan los nitratos en el suelo.
sábado, 28 de abril de 2012
Un edafólogo de ficción
La figura del científico como personaje de ficción en el cine es bastante habitual: médicos, ingenieros, botánicos, matemáticos, etc. Lo que no es tan frecuente es ver un edafólogo en estas lides. Por ello traigo aquí mi último corto La pistola que mató a Lincoln, que si bien la trama en sí no tiene que ver con la edafología, uno de los personajes sí se dedica a estos menesteres.
El próximo post estará dedicado a ver con más detalle el tipo de trabajo edafológico que se esboza en este vídeo: la aplicación de la analítica del suelo a la agricultura.
Más información del corto: Diario de producción
El próximo post estará dedicado a ver con más detalle el tipo de trabajo edafológico que se esboza en este vídeo: la aplicación de la analítica del suelo a la agricultura.
Más información del corto: Diario de producción
domingo, 31 de julio de 2011
El suelo está que arde
Veíamos en el artículo anterior que el suelo emana gases por acción de la actividad microbiana. Pero hay otro tipo de emanaciones, las de vapor de agua, que son causadas por el calor proveniente de la actividad magmática.
Las elevadas temperaturas del subsuelo provocan la ebullición de las aguas subterráneas, así que éstas salen al exterior en forma de vapor a través de las grietas en la superficie. Estas emisiones se conocen como fumarolas. En algunos casos, si la cavidad donde se junta el agua es muy amplia y la abertura por donde debe salir es demasiado estrecha, la acumulación gaseosa puede hacer que el agua salga como un surtidor. En estas circunstancias estaríamos hablando de los geiseres.
¿Dónde podemos encontrar estos fenómenos y por qué? Pues se dan en áreas volcánicas. Según la Teoría de la Tectónica de Placas, los continentes están divididos en placas litosféricas que reposan sobre el manto terrestre, el cual es fluido, y por lo tanto estas enormes masas de terreno, al no tener ningún anclaje, se rozan entre sí y esta fricción produce grandes presiones y elevadas temperaturas. Por eso las áreas de la Tierra donde confluyen los bordes de las placas, son zonas inestables muy propensas a padecer volcanes y terremotos.
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